domingo, diciembre 14, 2008

El espejo que huye

Una imposible mañana de invierno, en una estación muy conocida, un hombre que no conozco -de sobretodo, con dos violetas en el ojal- quería demostrarme que los hombres son felices, que la vida es grande, que el mundo es hermoso. Yo lo escuchaba con interés, sacudiendo a cada momento la ceniza de mi cigarrillo que el viento consumía sin que nunca lo llevara a la boca. Lo escuchaba sonriendo y el hombre que no conozco se acaloraba cada vez más y del humour pasaba al sentimiento, al entusiasmo y al delirio. La fuga de sus palabras rápidas, fluyentes, firmes, como si hubieran sido fundidas en ese instante, acuñadas de nuevo en algún sitio hacía poco tiempo, me llenaba de una ebriedad muy similar a la que provoca la champaña. Algo picante y saltarín, un deseo de abrazar y de llorar, de danzar, de reír de improviso...
En cierto momento su voz me dijo:

-Medite, señor, medite en la grandeza del progreso que se desarrolla bajo nuestros ojos; en el progreso que lleva a los hombres desde el pasado hasta el futuro, desde lo que ya no es más hasta lo que todavía no es, de lo que se recuerda a lo que se espera. Los salvajes no prevén el futuro, no piensan en el porvenir; no prevén ni proveen. Pero nosotros, hombres civilizados, hombres nuevos, vivimos para el futuro y a merced del futuro. Nuestra vida entera se tiende hacia lo que debe venir, está construida en previsión de lo que ocurrirá. Nuestros hombres consagran el presente al mañana (siempre, porque todo presente pasa al mañana que pasará), respetuosa y valerosamente.

“Este enorme progreso del espíritu profético es lo que hace desvanecer los peligros, lo que pone en nuestras manos las fuerzas, lo que hace descubrir nuevas posibilidades, lo que nos vuelve dueños de la tierra, del mar y del cielo y de una cosa que vale más que todo eso, oh señor: ¡de nosotros mismos!”

Pero en ese momento un tren expreso llegó a la estación. Su estruendo solemne en el cruce de las vías, su breve silbato, decidido, irritado, interrumpieron el discurso del Hombre que no conozco. Cuando el tren se calmó y no se oyeron más que sordos bufidos de la locomotora y los viajeros escaparon, el Hombre quiso todavía continuar pero yo me anticipé:

-Señor Hombre -le dije-, este tren que acaba de llegar, ¿no le ha sugerido nada que se relacione con nuestra circunstancia? ¿No ha entendido su respuesta? ¿Quiere que se la repita yo, humilde traductor, ya que puedo traducir el idioma de los trenes y de muchas otras cosas? Hasta hace pocos minutos este tren corría a una velocidad media de ochenta kilómetros por hora, pequeño mundo apiñado e iluminado a través del campo solitario y neblinoso. Y he aquí que de pronto se detiene y los habitantes de esta pequeña ciudad en fuga han desaparecido y el maquinista se seca la frente con aire poco satisfecho. Las ruedas se han detenido perezosamente sobre los rieles y los vagones vacíos y oscuros añoran las charlas de los pasajeros y las valijas multicolores. Así termina una fuga cuando se viaja sobre rieles. Pero dejemos el tren y volvamos a los hombres. En este momento se me ocurre algo absurdo y se lo digo a usted, señor Hombre, y lo digo porque no hay aquí multitudes que puedan escucharme. Si estuvieran aquí todos los que yo deseo, les diría:

“Imaginen, humanos, una cosa imposible, absurda, loca, increíble y espantosa. Imaginen que todo el mundo se detuviese de improviso, en un instante dado, y que todas las cosas permanecieran en el sitio en que estaban y que todos los hombres se volvieran inmóviles, como estatuas, en la actitud en que estaban en ese instante, en la acción que se hallaban ejecutando... Si esto ocurriera y si a pesar de todo ello continuara todavía funcionando en los hombres el pensamiento, y pudieran recordar y juzgar lo que hicieron y lo que estaban haciendo, y pudieran examinar todo lo que realizaron desde su nacimiento y meditar en lo que deseaban realizar antes de morir, ¡imagínense cuánta desesperación ardería bajo el trágico silencio de ese mundo detenido de improviso!

“No sé si tendrán el valor de escuchar lo horrible que sería. Esfuércense por unos instantes en ver a todos estos hombres inmovilizados mientras se hallaban dedicados a su tarea, anhelantes detrás de sus sueños, instigados por sus sucias pasiones, rudamente empujados por sus deseos. Véanlos esparcidos por el mundo, como suspendidos por una catástrofe que los trasmutara en fantoches pensantes, en estatuas desesperadas. Véanlos en las más repugnantes posiciones y en las más ridículas, en las más cansadoras y en las más estúpidas. He aquí al hombre sorprendido en medio de un pesado sueño con la boca semiabierta como un cadáver borracho; al hombre en el acto amoroso, extendido como una bestia jadeante sobre la mujer de párpados cerrados; al hombre que robaba en las tinieblas con falsa mirada y la lámpara que nunca más se apagará; al juez vestido de negro que dispensa el infierno y la sangre desde su alto sitial; al miserable que se arrastra por el fango de la ciudad buscando un hueso y una moneda; a la mujer que sonríe lascivamente con su rostro empolvado, en postura insinuante; al mercader de manos huesudas que gesticula para lograr diez centavos más; al campesino afanado con la aguijada en la mano tendida hacia los inmóviles bueyes; al elegante orador detenido en medio de una sonrisa y de un cumplido; al soldado que se hallaba con la bayoneta calada ante una puerta cerrada, y al homicida que preparaba sus venenos en una buhardilla, y al obrero soñoliento curvado sobre las enormes máquinas grasientas, inmóviles y siniestras, y al científico que no puede separar el ojo cansado del microscopio donde han interrumpido su danza los monstruos invisibles... “Imaginen ahora, si sus ánimos resisten, pensamientos de todos estos hombres condenados en un mismo instante ante la conciencia de su muerte. ¿Creen ustedes que habrá un solo hombre -uno solo, ¿entienden?-, uno solo que esté contento y satisfecho de ese momento en que el destino lo ha vuelto inmóvil? ¿Creen que para uno solo de estos hombres sería ése el momento de Fausto, el momento hermoso que querríamos detener, fijar y conservar para la eternidad? ¡Ustedes no creen realmente esto, no pueden creerlo!

“El señor Hombre -usted, aquí presente, delante de mí- ha dicho una gran y tremenda verdad. Los hombres piensan en el futuro, viven para el futuro, consagran perpetuamente sus días actuales a los mañanas venideros. Todo hombre no vive más que para aquello que prevé, aguarda y espera. Toda su vida está hecha de manera que cada instante tiene valor para él solamente en cuanto él sabe que ese instante prepara un instante sucesivo, cada hora una hora que vendrá, cada día un día que seguirá. Toda su vida está hecha de sueños, de ideales, de proyectos, de expectativas; todo su presente está hecho de pensamientos en torno a su futuro. Todo lo que es, lo que está presente, nos parece oscuro, mezquino, insuficiente, inferior, y nosotros nos consolamos solamente pensando que todo este presente no es sino un prólogo, un largo y aburrido prólogo, a la hermosa novela del porvenir. Todos los hombres, lo sepan o no, viven gracias a esta fe. Si de pronto se les dijese que dentro de una hora todos morirán, todo lo que hacen y lo que hicieron no tendría para ellos ningún placer ni sabor ni valor algunos. Sin el espejo del futuro la realidad actual parecería torpe, sucia, insignificante. Sin el mañana que permite esperar los desquites, las victorias, las ascensiones, las promociones y los aumentos, las conquistas y los olvidos, los hombres no consentirían más en seguir viviendo. Sin el lejano perfume del mañana no querrían comer el negro pan del hoy.

“Piensen, pues, en estos hombres detenidos de pronto, que no pueden actuar más pero que todavía piensan. Imaginen a estos hombres prisioneros de un eterno hoy, sin la liberación de la conciencia. ¿Qué pensarán estos hombres? ¡Qué dolor atroz debe roer sus vísceras y amputar sus nervios! Inmóviles en sus posiciones vergonzosas y delictivas, tristes e idiotas, sin posibilidades de esperanza, sin luz de sueños, sin dulzura de proyectos, con las alas tronchadas, las piernas atadas, las manos encadenadas, como una enorme multitud de prisioneros al estilo de Miguel Ángel, reducidos a las ataduras de sus vidas mezquinas, melancólicas, repugnantes; ataduras de esa vida que soportaban solamente con la esperanza y la expectativa de vidas más bellas y más grandes: ellos, esos condenados a la perpetua inacción, reconocerán con infinita rabia la absurda estupidez de su vida anterior. Pensarán que todo el presente era sacrificado por ellos en pos de un futuro, que a su vez se volvería presente y sería sacrificado a su vez por otro futuro y así hasta el último presente, hasta la muerte. Todo el valor del hoy estaba en el mañana y el mañana valía solamente por otro mañana y así llegaba el último hoy, el hoy definitivo, y así la vida entera había transcurrido para preparar de día en día, de hora en hora, de momento en momento lo que no llega nunca. Y ellos descubrirán esta tremenda cosa: que el futuro no existe como futuro, que el futuro no es más que una creación y una parte del presente, y que soportar la vida inquieta, la vida triste, la vida doliente por este futuro que de día en día huye y se aleja es la más dolorosa necedad de esta estúpida vida.

“Humanos, nosotros perdemos la vida por la muerte; consumimos lo real por lo imaginario, valoramos los días sólo porque nos conducen a días que no tendrán otro valor que el de traernos otros días idénticos a ellos... ¡Humanos: toda la vida es un fraude atroz que ustedes mismos traman para el daño propio, y solamente los demonios pueden reír fríamente de la carrera de ustedes hacia el espejo que huye!”

Un nuevo expreso, pitando y tronando, entró en la estación, y una vez más los viajeros huyeron y el maquinista se enjugó la frente con aire poco satisfecho. El Hombre que no conozco estaba siempre ante mí -de sobretodo, con dos violetas en el ojal-, aunque lo hubiese olvidado del todo.

-He aquí -le dije- mis ideas sobre el progreso, sobre el porvenir y sobre la vida. Ciertamente, usted no está de acuerdo conmigo pero yo estoy de acuerdo con alguien; por ejemplo, con la niebla que a menudo intenta cubrir el mundo y esconder el hombre al hombre, la miseria al desprecio, la fealdad a la melancolía. Y yo amo muchísimo, señor Hombre, los trenes que se detienen tras las inútiles fugas y la niebla que vela lo que no se puede destruir.

El hombre que no conozco se había vuelto nervioso y todo su entusiasmo había desaparecido como un hilo de humo. En vez de responder, se quitó del ojal una de sus violetas y me la ofreció. Yo la tomé con una inclinación, la acerqué a la nariz y su leve perfume me gustó.

FIN

Cuento de Giovanni Papini

lunes, noviembre 10, 2008

ONE

Está mejorando, o sientes lo mismo?
Será más fácil para ti ahora que tienes alguien a quien echarle la culpa?
Dices...Un amor, una vida, cuando es la necesidad de uno en la noche.
Un amor, llegamos a compartirlo,
Te deja cariño, si no lo cuidas.

Te decepcioné o te dejé un mal sabor de boca?
Actúas como si nunca hubieras tenido amor y quieres que yo prescinda de ello.
Bueno, es muy tarde esta noche para sacar el pasado a la luz.
Somos uno, pero no somos lo mismo.
Tenemos que sostenernos el uno al otro…Uno

Has venido aquí para el perdón
Has venido para levantar a los muertos
Has venido aquí para hacer de Jesús con los leprosos en tu cabeza?
Te pedí demasiado?, más que mucho
no me diste nada, ahora eso es todo lo que tengo.
Somos uno, pero no somos lo mismo.
Bueno, nosotros nos herimos mutuamente para después volver a hacerlo.

Dices que el amor es un templo, el amor una ley suprema,
El amor es un templo, el amor, la ley suprema.
Me pides que entre, pero luego me haces gatear.
Y no puedo aferrarme a lo que tienes, cuando todo lo que tienes es dolor.

Un amor, una sangre, una vida, tienes que hacer lo que debes.
Una vida uno con el otro: Hermanas, hermanos,
Una vida, pero no somos lo mismo.
Llegamos a sostenernos el uno al otro, sostenernos el uno al otro.
Una vida, una.

jueves, octubre 23, 2008

Lucha con herramientas gastadas

Estoy cansado.

No encuentro palabra o adjetivo que satisfaga mínimamente lo que me recorre y solo el verbo cumple el expediente, para aproximarse a lo que puebla mi sentir. Desde pequeño me he enfrentado a todo cuanto la vida me ha arrojado, a la muerte en vida de mi hermano; a la destrucción masiva de las instituciones que sirven de base al hombre de mañana; al veneno en las palabras; al desprecio absoluto por nuestra condición, origen y linaje; al adiós del amor sin letra, ni sonido, posdata, ni puntos supensivos; a los vasos de bilis destilada por el orgullo lacerado; a las noches oscuras donde el único manto que encontré se tejió con los hilos del pecado; al exilio por principios; a la diplomacia como idioma y herramienta de supervivencia; a la responsabilidad como camino cotidiano plagado de zarzas acompañado de mi mismo; a la perdida del referente entre lo buno y lo malo, lo divino y lo odiado; a vivir con mi mayor enemigo al otro lado de lacama;a mi alma sangrante...

Hoy me siento solo y cansado, y no encuentro a nadie con quien compartirlo a parte de mi mismo reflejado en estas letras que escribo.

martes, octubre 14, 2008

Para ese bombón relleno de vida

Tropecé con la canción y me acordé de ese pasajero. Será lo que se siente ahi?

martes, octubre 07, 2008

Adria

Regalo de 2 minutos con vosotros mismos

INSTRUCCIONES:
1. Conseguir generar un instante de soledad, sin responsabilidades, tareas pendientes, vistas, horarios, etc.
2. Colocar el volumen de los altavoces a nivel de abstracción.
3. Pulsar el play en el link
4. Cerrar los ojos
5. Dejar la mente en blanco
6. Disfrutar de la compañía de vosotros mismos en estado puro.

lunes, octubre 06, 2008

sin ti a mi lado

Mentiría si escribiera el nombre de muchas mujeres, y lo que es peor continuaría negandome lo que cada día me recuerda con su ausencia.

Cierto es que se puede amar sin tocar

lunes, septiembre 22, 2008

Diario de pocos dias 7

Todo comenzó con mi confesión abierta de uno esos pecados ficticios señalados por la conciencia tardía que no quiere reconocer que todo ha terminado. La mañana impregnada de aromas prohibidos hizo que, entre bostezos, vertiese lo poco que de virtud quedaba en mi.A la dudosa lírica de esas letras respondió mi porteñita del alma, y desde entonces empapelé el muro de mis sueños con su sonrisa, apellidé un cuarto del firmamento con las letras de su nombre, y completé mi corazón, siempre doliente, siempre a medio llenar, con un carro de esperanzas amarradas con la promesa de un encuentro.

Fueron pasando los años, entre desencuentros en la distancia donde por no ponerse de acuerdo los astros, no nos concedían ni pisar el mismo hemisferio, vendiendo anticipos de lo que el sol nos deparaba cada dia, desde mi mañana a su madrugada, desde mi otoño a su primavera. Muchos cuerpos pasaron en el discurrir de los años, muchos amores cotidianos con sus respectivos adioses, baches de ausencias prolongadas y de oscuros silencios, donde siempre quedaba prendido un lucerito sin vela alumbrando un puente de París. Sin embargo, siempre estabamos ahí, mudando de piel, de vida, de pais...Perfectamente irreconocibles para el mundo que alguna vez nos conoció, inconfundibles para el otro aún en el extremo opuesto de ese mundo.

Así ha sido, alimentandonos con el recetario del Dr. Sabina, encontrandonos en las tardes plomizas, seduciendonos en los versos sin rima que surgen de todas y cada una de nuestras conversaciones. Cultivando punzadas en el corazón y parando el tiempo con "te quieros" espontaneos y la promesa de unos labios.

Últimamente coincidimos en medio del caos de nuestras vidas, golpeados por las circunstancias, obligados en cada instante que nos debíamos, y la sensación dejó un enorme espacio en blanco que alguna vez rellenaremos y ante el que solo me queda constatar la certeza de que no cabía en 24h nuestro encuentro...

lunes, septiembre 15, 2008

Quizás mañana...

I've been down and
I'm wondering why
These little black clouds
Keep walking around
With me
With me

It wastes time
And I'd rather be high
Think I'll walk me outside
And buy a rainbow smile
But be free
They're all free

So maybe tomorrow
I'll find my way home
So maybe tomorrow
I'll find my way home


martes, septiembre 09, 2008

El sitio de mi recreo

Volver pisando mis huellas del ayer regresando las memorias impregnadas en cada piedra, en cada sombra. Todo sigue igual que ayer aunque todo parece distinto. La esencia de los que vivimos nuestras aventuras entre sus rincones resuena como el eco lejano que eleva el viento, del resto solo se puede decir que está más bonito, más limpio, más ordenado, más vacio... No es la primera vez que la nostalgia, tanto tiempo alimentada por mis anhelos, se ve flajelada por la realidad y su moraleja del carpe diem, y es que todo es producto del instante, las risas, los besos, la ilusión del amor sugerido, todo lo bueno pasa mientras no eres consciente de su levedad, para después darle sentido y evaluación a las incontables fechas que arrancas del calendario.

Es ahora cuando extrañas la libertad de aquellos momentos, cuando la amistad latía como nuestro credo personal, cuando la inocencia nos dejaba sorprendernos, cuando soñar y sus frutos no sabían a utopía. Sin embargo sonrio cuando destapo el frasco de los recuerdos y respiro la fragancia de todos esas sensaciones, disfrutando por el mero hecho de haberlas vivido.

Astudillo, agosto de 2008

jueves, septiembre 04, 2008

A picture of my life

A veces las sensaciones reescriben la letra de una canción y traspasan nuestro significado a sus acordes, reproduciendo momentos soñados y memorias calladas, al compás de su melodía, al amparo de una estrofa intercalada y aislada por nuestra necesidad.

jueves, agosto 07, 2008

Diario de pocos días 6

Me resula tan dificil escribir de ti, como sencillo recordarte en cada instante en que mi alma se abandona a la nostalgia. Siempre has sido, durante casi más tiempo que el que llevo recorriendo este mundo y está en mi deseo que así siga siendo, a pesar de los pesares, a pesar de nosotros, de la distancia de nuestros compañeros de alcoba y de nuestros amores cotidianos.

Viniste a mi de la forma más corriente y a la vez más ruidosa, rompiendo con tu mirada la noche, desmontando las conquistas del verano, desgranando la verdad entre las lisonjas y desnudando lo que se escondía tras la máscara canalla. La tinta fraguó la historia, y las ausencias, reforzadas en la distancia, quisieron que eso que nunca acertamos a definir, cristalizara en algo, tan real que avergüenza a los que nos contemplan, tan difícil como ha sido nuestro encuentro.

Y así seguimos recordando coincidencias, roces, miradas furtivas, besos robados a nuestros respectivos, jadeos adolescentes desde la madurez y la eterna sensación de que en los momentos más tristes siempre hay una última instancia a la que apelar y cuyo veredicto siempre será el puedes contar conmigo incondicionalmente cuando necesites un te quiero sin letra pequeña ni ambajes en medio de la oscuridad.

miércoles, agosto 06, 2008

Instantes




¿Qué es lo importante en este paseo único, exclusivo, frágil, irrepetible...finito, que es nuestra vida?

viernes, julio 25, 2008

Diario de pocos dias 5

Sus pasos se confundieron con los mios en medio de ese caos que todo lo mezcla, que todo lo sume, que todo lo asemeja. Caminantes que se encuentran en el callejón del corazón hambriento de latir dos diástoles más allá del circuito cotidiano, con la única intención, si es que hay alguna, de que todo parezca un accidente.

De aquel recorrido por el parque recuerdo su perfil, el lamento quedo y dulce de su voz más profunda, el ruido de escaparates que se resquebrajan, el susurro de disfraces que se deslizan hasta el suelo dejando al descubierto carne, hueso y secretos amordazados. También el inmenso placer de encontrar el oasis de los raros que jugamos a ser normales, de beber de la fuente de las tiernas verdades infantiles, de las preferencias inconfesables, de las debilidades hechas virtudes, de los pecados compartidos que por ello adquieren el barniz de travesura y sustituyen el "mortal" por el más humano "carnal".

Así crecimos en instantes, robándole minutos a nuestra perpetua labor de vigilantes de lo nuestro, de guardianes de mi hermano, de referentes de un ideal roto. Y mi corazón dicto discursos en su lenguaje oculto, y el suyo respondió sin dilación e introdujo palabras de doble filo entre nuestras ausencias físicas. Todo era breve, fútil y delicado, precioso como todo lo extraordinario y frágil como todo sueño que se precie. Cada segundo era una amenaza para la existencia del siguiente y eso empujaba mis ganas a devorar la fruta prohibida con ansiedad solo controlada en apariencia, mientras bajo las plantas de mis pies ardía el infierno de los amantes funcionando a pleno rendimiento.

Entre poesía, estrofas y canciones perdidas dibujamos un sendero, para mi y supongo que para los que necesariamente nunca estarían compartiendo nuestra mesa, en extremo peligroso. EL mundo mientras se seguía derrumbando, como siempre, a mi alrededor, con la única diferencia de esos momentos compartidos donde el derribo no era más que el complemento circunstancial. Nunca resultó perfecto, ni siquiera considero que lo pretendiésemos, pero si fue demasiado importante como para reconocermelo, bello, espontáneo, necesario, inconcluso... Un buen día la conciencia tocó toque de queda, algo dolía en una de las partes contratantes y casi de mutuo acuerdo enterramos el Grial con su reflejo, a un par de metros bajo tierra, dejando la promesa de unas letras que sirvieran de testimonio a lo vivido, aunque las teclas suenen a prólogo y el deseo lo apellide sinopsis.

Quizás eramos tan iguales que era preceptivo ser distintos o quizás fuéramos tan diferentes que juntos nos parecíamos.

martes, julio 08, 2008

Diario de pocos dias 4

Y ella se acercaba a la cama con su camiseta de algodón gris tres tallas superior, salía de la ducha, y su cuerpo perfumaba la habitación con aroma de azahar, llenando todos los rincones de mis sentidos de la magia de su recuerdo inmediato, cubriendo el presente con su yo, negandole la existencia a cualquier sensación que no emanase de su cuerpo. "Calling you" sonaba y adormecía el deseo con cada verso, conduciendolo a tierras lejanas, donde siempre que mi mirada buscaba en el asiento del copiloto, encontraba el fantasma de aquella que culminaría el final del camino. Me dio por sonreir imaginando los clichés que estaba recorriendo con cada segundo, y el enorme placer que producía saberte protagonista accidental de las evocaciones que soñaste cada vez que repasabas la colección mas "pastel" de titulos cinematográficos.

Se sentó a la orilla de la cama, y perdió la mirada en algún punto del infinito, mientras cumplía con el protocolo de desenredar su cabello aún empapado. Solo podía contemplarla, y mi admiración por cada gesto crecía en cada trayecto que el peine dibujaba en aquel oceano azabache. Cada instante superaba al momento anterior y mi corazón cada vez latía mas lento y pesado, como si quisiera detener el tiempo encerrandome en ese preciso segundo en el que todo formaba parte de lo más parecido a "perfecto" que alcanzaba recordar.

Mi mirada empezó a jugar con todos y cada uno de los rincones que escodían los plieges de su ropa, intentando descubrir que secreto albergaban, tentando a sus pupilas para generar esa sonrisa complice que sirve de preludio para ese primer beso que todo lo enciende.

Suavemente las gotas de su cabello fueron trazando un sendero en las sabanas revueltas hasta encontrarse con mi pecho, y de repente su calor húmedo contamino con dulzura mi espacio, mis poros bebieron de su torrente, mi alma se colmó con su presencia, el instante se grabó a fuego en el corolario de mis dias.

lunes, junio 30, 2008

Diario de pocos dias 3

"Algunas veces vivo
y otras veces
la vida se me va con lo que escribo;
algunas veces busco un adjetivo
inspirado y posesivo
que te arañe el corazón;
luego arrojo mi mensaje,
se lo lleva de equipaje
una botella…, al mar de tu incomprensión..."

Joaquín Sabina - "Que se llama soledad"

A veces hay capitulos que se esfuman de las páginas de tu historia con previo aviso y varios acuses de recibo, es el tiempo el que realmente les da el valor que poseían y que entonces no supimos ver, es el enorme hueco que media entre las dos orillas de nuestra memoria(su recuerdo y la ausencia)lo que marca en ocasiones esos aprendizajes que con sangre entran y que son los primeros pasos hacia lo que se denomina madurez.

Muchos recuerdo, pero pocos hicieron tanta mella como uno que tuvo lugar en la esquina de Quevedo, donde ella cerró el ciclo del más bello de los platónicos, exprimió el castellano para hacerme entender como suena el dolor, cual es el verdadero rostro de la decepción. Multitudes han pasado por mi en este tiempo pero aún resuena el eco de mi incapacidad, la estupidez de mi soerbia, el rasgón de su lamento. Aún queman sus palabras en mi conciencia y todavía hoy le sigo debiendo un beso, aunque muchas madrugadas siga colgandome furtivo de sus labios.

Fue un profundo adiós de los de libro, que quise vestir de hastaluego, un error que seguiré persiguiendo en mi presente, ahora que ya los días son más cortos, y la memoria se empieza a anclar en atardeceres pasados.

viernes, junio 20, 2008

Diario de pocos dias 2

Y si por un instante se cayeran las mentiras veniales que llenan nuestra boca y anteceden a nuestro yo; si las máscaras que conforman el complejo puzzle de nuestra identidad en las pupilas de otros, en los reflejos de los espejos de los que huimos, se tornasen transparentes como el agua del manantial dejando ver-nos a la luz de esa mirada que tanto tememos, que tanto protegemos, a la que tanto engañamos.

viernes, junio 13, 2008

Diario de pocos dias 1

Resulta difícil, en los días que corren encontrar un instante en el que parar, robarle tiempo al minutero, apearse del tren del estrés que conduce a esta sociedad a ritmo de descarrilamiento y recapacitar sobre lo que somos, sobre como llegamos a este punto que hoy se encuentra justo en el medio de ninguna parte, y más difícil aun es verterlo todo en un folio en blanco, o como es mi caso en un pedazo de papel color hueso. Nunca me planteé, de crio, el trasladar mi día a día a una posteridad casi anónima, pero que resultase, en definitiva posteridad. Tenía demasiadas cosas que hacer, juegos que inventar, partidos de recreo que ganar, niñas que rescatar del banco donde por obra y gracia de unas reglas más viejas que nosotros, esperaban presas celosamente guardadas por un tal Oscar, que si bien por gordo no era el más rápido de la clase, si ponía un empeño especial en obstaculizar cualquier intento de acercarse al excitante “premio”. Escribir, no entraba dentro de los planes de un niño, que como muchos se sentía eterno. Para el que alcanzar el final de un día no resultaba gran cosa, contemplado desde la certeza de que una vez cerrase los ojos, una biblioteca de sueños le llevaría al comienzo de un día nuevo, incluso, en alguna de estas mañanas de un tardío diciembre, en las que el día empieza a crecer pero aún le cuesta no quedarse remoloneando entre las sábanas una hora más. Mañanas en las que, como en esta, todo parece tranquilo a la tenue luz cetrina de las farolas, iluminando los pasos ralentizados de los que se apresuran a cumplir con el reloj como cada día, o las legañas congeladas de los niños que de mala gana acuden a despedir con un “hasta luego”, por mas que les pese a sus padres, las aulas. Y es que de niño, no entra dentro del programa educativo la materia dedicada a valorar la vida, o quizás, y sin echar balones fuera, dispongamos de un resorte para rechazar cualquier tipo de límite, una especie de prerrogativa durante la cual se te permite ser feliz jugando con los ojos vendados a acertarle con un palo a la gran piñata de las oportunidades que se balancea sobre nosotros.

Hablo de infancia, de niñez, intentando de alguna forma parapetarme tras las trinchera de lo que queda lejano, de lo que siempre se asocia con tiempos mejores. Buscando en ese periodo de tiempo reservado a la inopia una playa tras el naufragio.

Juventud, vida, libertad, rebelión, inconformismo, amor...palabras que pronuncié tantas veces que las vacié de contenido. Dialéctica, verbo, inteligencia, dones que nunca aproveché confiando, quizás, en que todo saldría adelante, que todo podía salvarse, me tenía a mi, y era suficiente. Lo único es que me olvidé de que mi “yo” reclamaba atención, cuidados, dedicación para poder seguir adelante, para sanar a ese mundo que, enfermo de muerte, llevaba agonizando sin terminar de morir casi desde que existe historia. Me olvidé de mi y en sustitución me cambié por las miradas críticas de la sociedad que tan ferozmente combatía, por los abrazos que me regalaban, los besos que robé, y las alabanzas que me mintieron. Ahora, sombra de lo que siempre se quedó en condicional, en el eterno “ pudo ser”, encuentro las palabras, el tiempo y las ganas de escribir mi día, en un intento de buscar en esta auto inmolación una redención, o simplemente una oportunidad, una más.

Madrid, Paseo del Prado, 12 de mayo de 2008

jueves, mayo 29, 2008

Breve taxonomía del adiós

Tendemos a recordar a las personas que han pasado por nuestros labios en virtud de lo que fue, o al menos eso suele ser en la mayoría de los casos. Esta sensación suele ser especialmente intensa cuando la soledad congela el lecho o cuando la compañera repite unos pasos de baile, ya de sobra conocidos, ya tristemente aprendidos. El caso es que ,en ocasiones, nos da por mirar atrás y analizar con perspectiva esa fuente de suspiros, o esos agujeros negros en la memoria de nuestra alma, y nos encontramos que el origen de la sonrisa tonta, o del velo que nubla nuestra mirada suele ser algo tan efímero como el último adiós.

La memoria la copa lo vivido, los instantes que dejan su impronta en las diferentes capas de nuestro corazón, la cálida humedad de su sexo que fue bálsamo de todas las pasiones encendidas y refugio de muchas noches en vela, la presión de su cuerpo contra las paredes de espacio compartido y la frontera invisible que delimitaba el más alla del nosotros...Sin embargo, siempre queda un espacio en blanco, una niebla que salta directamente hasta el eterno minuto sin ella; a las conversaciones automáticas; a la aguja que ensarta certeramente nuestra entraña. Lo que media entre un campo y otro es ese adiós y la forma que adopta. Bien es cierto que los finales son siempre y simplemente eso, finales, cierres de ciclo, tapas que se cierran o cualquier eufemismo que se quiera emplear en el diagnóstico, pero lo curioso es que, sorprendentemente, la forma, aqui, importa.

A lo largo de mi vida he probado algún que otro final, quizás he sido el peor de los amantes, el más cobarde de los dos o el más tonto, pero ostento el dudoso gusto de haber sido dejado en muuuuchas más ocasiones de las que yo lo he hecho, y viendo las cosas ahora, con mis treinta y tres años de furia me invita a reflexionar sobre el bouquet del abandono.

Como dice aquel "sin ánimo de ser exhaustivos" realizar una taxonomía de las rupturas es dificil,uno se pierde en los inevitables matices, con lo que como antes dije emplearé el sentido del gusto para clasificarlas de alguna forma. Así tendríamos dulces, ácidas, saladas y amargas.

Comenzando por las dulces, serían aquellas tan raras de encontrar en las que ambos simulan estar de acuerdo y resulta creible durante y después; aquellas en las que la amistad, el respeto; la admiración por la otra persona y el reconocimiento interno de que más allá de la certeza de que no te quiere, en el sentido biblico del término, es tan importante en tu existencia y tan difícil de encontrar algo similar que te prohibes perder esa presencia. Son las menos, duelen mucho o quizás nada(igual es cierto que dos se desenamoran al unísono), y precisan de un periodo de distancia, corta o media, para evitar confusiones. En un enorme porcentaje de los casos, pasado el tiempo alguien falla y extraña...

Las ácidas serían fruto de infidelidades. Poco se puede añadir, quizás que todo se invierte en tu interior, la fortaleza es debilidad, la seguridad es miedo, la certeza-mentira, la vida-muerte...

Las saladas serían las que son el colofón de un sinfin de heridas inflingidas por ambas partes, donde hace tiempo se perdió el manual de reglas y casi todo vale. Son el murmullo incisivo y constante a base de la lectura monotónica del corolario de reproches; del triunfo del error sobre la virtud; la losa del hartazgo vendida en paquetes de a tonelada diaria; La violencia verbal como ventana abierta de lo más oscuro de nosotros mismos; la perdida mas absoluta del horizonte del respeto hacia otra persona envuelta en el mantón del "porque te quiero". Largas; agónicas; prueba de resistencia que se lleva a cabo por no reconocer, en medio de la ceguera de los que se odian, que la única solución es el "hasta nunca" y el "ojala esto no hubiera pasado". Frecuentes, terribles y el mayor veneno del corazón.

Las amargas serían las que no obtienen respuesta a la más sencilla y la vez más compleja de las preguntas: ¿por qué?. Son sinónimo de soledad al instante, son desgarro del alma durante cada eterno segundo que te precipita al abismo de la desesperanza. Resultan ser el mayor de los castigos ya que te empujan a un olvido forzoso y forzado, repleto de dudas y de incógnitas a las que te empeñas en poner finales para poder archivarlas de alguna forma, contradiciendo la anterior,contraviniendo tu espíritu que aún ama. Nadas entre los extremos ahogándote en todo el océano intermedio, a pie entre la idealización de tu mayor espina y el odio prescrito para estos casos por todos los que te ven morir un poco más. Las incognitas que se dejan en el alma son a veces la puerta hacia la locura, y de todas las despedidas ha sido para mi la peor ya que uno de los dos decide un buen día y sin preaviso que no te mereces ni la mirada del adiós, simplemente porque le resulta más cómodo así.

martes, mayo 27, 2008

Escapadita

Hoy iba a escribir sobre los balcones; sobre las ventanas de Madrid en primavera; sore el desencuentro; sobre ti que lo sabes; sobre mi sombra en el mar; pero alguien a quien siempre he admirado y con quien pocas veces he hablado de algo serio, me ha mandado un mail que francamente me ha hecho cambiar estas lineas. No es nada especial, ni siquiera personalizado y me apuesto un brazo a que ni siquiera sabrá que hoy me ha hecho sonreir el alma. Pero hoy tuve diez segundos en otro lugar, en medio de ese campo de sueños que dibujamos entre las estrellas alguna noche de verano, cuando aún nuestra inocencia alimentaba nuestras miradas y el futuro era un vergel que recolectar, cuando ella era el amor platónico de mi mejor amigo en un pequeño pueblo de tierra de campos. Diez segundos en los que las ganas de ser más allá de la placa que adorna mi despacho, hervían en mis venas. Así que hoy, le dedico estas líneas a ella que tiene nombre de canción, a sabiendas de que si hablamos de nuevo, seguro que menos de esto saldrán todos los temas del mundo.

martes, mayo 20, 2008

Morfeo

Ayer tuve un sueño extraño, me despertaba, como cada día, apagaba el despertador me deslizaba de la cama lentamente para garantizar unos minutos de sueño a mi pareja, toda la ceremonia de la rutina de cada día se cumplía aunque a gran velocidad, como si lo pasaras en un video en "Fast forward", y así , acelerado, pasaba el resto del día: mi trabajo; las llamadas de clientes, de proveedores; de los jefes; el almuerzo de trabajo; todo pasaba por delante mia en un instante, bueno todo menos sus buenos días; el revuelo de las mariposas en la jaula de mi vientre; los tres minutos de canción de no se quién y que hicieron brotar media lágrima de mis cansados ojos; el primer sorbo de vino que despertó todos los rincones de mi paladar; la contemplación de ese cuadro, que desde hace años no hace más que recordarme a mi infancia; ese minuto que le robé a mi agenda para mirar como por encima de las copas de los árboles, el mar dibujaba una linea perfecta cerca del infinito y a medio camino de mi destino;...

Esos momentos se entrecruzaban con un sinfin de imágenes desenfrenadas que mantenían un escrupuloso orden a la hora de conformar mi dia, caían suavemente en mi subconsciente, como una lluvia de plumas, meciendo mi alma como las aguas de un lago a la barca que se deja llevar por los elementos que se reunen a descansar en el crepúsculo de un día de verano. Así volvía a repetirse el proceso, aunque en esta segunda vez, me abandoné hasta la llegada de "mis momentos", y cuando llegaban concentraba todas mis fuerzas en que el sueño me diese medio segundo más, para poder saborear los matices con mayor intensidad, para zambullirme en sus secretos; para grabar sus sensaciones en mi espíritu. No lo conseguí, pero los momentos seguían apareciendo entre el frenesí de horas convertidas en segundos, como un oasis en medio del desierto.

Nada era extraordinario en si mismo, eran fragmentos que perfectamente reconocía, que formaban parte de mi realidad cotidiana, lo único que, en el sueño, se habían invertido los papeles lo accesorio se había convertido en principal y viceversa. Lo "peor" de todo ello, es que estaba disfrutando del viaje alternativo por mis "hoy".

Y así sonó el despertador y era mañana, y me deslicé de la cama lentamente; fui al baño y al alzar la vista estaba yo, una sonrisa y las ganas de volver a pasar por aquel cuadro....


sábado, mayo 10, 2008

Dos poesías cantadas para sanar las cicatrices del alma





Siempre en la mochila se llevan remedios contra la soledad; esperanzas enlatadas; antifaces de "hastaluego" para los adioses; pálpitos sin nombre pero con su aroma; sonrisas de pega; lágrimas de cristal; mariposas de papel; puntos suspensivos...

domingo, mayo 04, 2008

EPICENTRO

Hace unas semanas estaba hablando con un buen amigo que está pasando por un momento complicado. Tras varias horas de charla buscamos, de forma conjunta, encontrar una serie de conclusiones con carácter previo que nos permitiesen acotar la situación para poder dirigir los pasos hacia una salida. Lo sorprendente es que, de las cinco ideas que delimitamos, cuatro traían causa directa en el entorno: La presión que ejercen los demás; el tiempo, o más en concreto la ausencia del mismo; la falta de recursos económicos (añadamos personales); la quiebra de sus anhelos y esperanzas (por factores externos). En definitiva el factor situacional o como en gramática española se denomina, el complemento circunstancial, viene a ser el principal obstáculo y el mayor lastre del ser humano, en un alto numero de casos, para su desarrollo personal.

Casi con carácter inconsciente y a la luz de sus conclusiones, le formule una elemental pregunta “¿Y tú dónde te sitúas?”. Su respuesta: “en el medio de todo”. Bien podíamos dar por concluido el ejemplo, para extrapolarlo a infinidad de situaciones en las que uno toma consciencia de uno mismo como el epicentro inerte de una vida que va estrechando el cerco hasta el límite mismo de nuestra piel, oprimiéndonos hasta el punto de la crisis personal. Es en ese instante cuando dar entrada a dos factores clave puede abrir las puertas a esa ansiada respuesta que nosotros, de manera inconsciente, esperamos venga de ese entorno, a priori, hostil: las opciones y el más importante de todos nuestros recursos, uno mismo.

Claramente resulta un cambio radical de mentalidad que ciertamente comporta alguna baja o sacrificio (En ocasiones decantarse por una opción cierra la posibilidad de otras, pero al tiempo abre nuevas vías), sin embargo la recompensa más inmediata es la visión diferente de la realidad, como un conjunto de elementos objetivos, aleatorios y abiertos que en el peor de los casos siempre nos va a plantear más de una opción a la hora de enfrentarla, o si se quiere, al momento de aprovecharla.

Con la inclusión de estos dos factores se rompe la visión unívoca de las situaciones y la colocación de la piedra de toque de nuestro pensamiento lo que nos permitirá pasar del rol de secundario dentro de nuestra vida a ser guionistas, directores y actores de nuestra propia existencia. Se trata del aprendizaje de una lección que nos va a ser muy útil para el resto de nuestras vidas y que comienza en ese punto en el que uno se pregunta “¿Qué pasaría si yo…”?

viernes, mayo 02, 2008

Espejos

Fijo la mirada en la gente y en ocasiones adivino lo que esconden tras los párpados, lo que alberga el deseo que anida en los rincones más oscuros de su ser; la respuesta que palpita tras sus intenciones. Mi mirada es como si se proyectase a través de ellos, traspasando sus barreras y dejando la verdad desnuda..."Son gente" pienso, y descarto automáticamente el universo de posibilidades que cada uno de ellos representan como seres humanos que son, y casi siempre, esta autoridad, o si se prefiere, este poder de cribar, discriminar, excluir entre quienes entran o salen de mi vida, se basa en un sutil detalle, las mas de las veces, intangible. Suena mal, y probablemente sea en realidad peor, sin embargo nunca, en mis treinta y tres años de existencia he sentido el más minimo pudor o remordimiento por esta selección discreccional, al contrario, miro hacia atrás con los ojos de mi alma, y no encuentro un espiritu que sobre o que no encaje entre los renglones de mi historia. Eso me hace sentir bien, y refuerza la certeza de que las almas complementarias tienden a atraerse, a reencontrarse vida tras vida.

Dentro de "mi vida a través de sus nombres" hay espejos de mi alma, sujetos que me conocen sin saber siquiera mi segundo apellido, que pronuncian la palabra que mi boca no encuentra, o reproducen el gesto que mi dolor oculta. Son personas especiales que te hacen sentir que en otro momento fueron tú, que llevan cosida a los talones la sombra de tus pasos de ayer y que en el semblante de todas acciones, aciertas a descubrir las razones que tú esgrimirias, los silencios que casi siempre colacarías, los puntos suspensivos que abandonarías... Son pocos los ejemplos, y se caen los dedos de una mano al contarlos, pero esos reflejos de mi esencia son sin duda la mejor tabla de aprendizaje de uno mismo y la mayor herida abierta de mi existencia. Solo espero que sigan ahi cuando venga a visitarnos la hermana ausencia; cuando el viento helado de la soledad toque en el alfeizar de mi ventana y el otoño de la cotidaneidad oculte el sendero que me lleva a ellos, mientras tanto, a vosotros, a esos pocos, a ti, te avanzo lo que cada palpito de mi corazón reproduce cuando tu pasas por su puerta: gracias por encontrarnos

sábado, abril 05, 2008

Ira

Hay dias en los que las circunstancias se juntan oprimiendote contra las paredes de los segundos hasta que te exprimen hasta la última gota de alegría, dejandote como cascarón vacio al antojo de los caprichos de aquellos que tienes más cerca. Hoy es uno de esos dias, hoy odié cada fracción de mi ser por ser cobarde, por haberme perdido el respeto, por no encontrarme ni en mi sombra, por bloquear en mis labios el grito de mi alma encerrada. No se en que punto me olvidé de mi mismo, y ahora me importa una mierda, el caso es que soy el recipiente rebosante de rabia, el pulmón de la ira, el aliento de la insatisfacción, de alguien que una vez fue.

Hoy vomito desprecio, inflinjo daño con cada mirada, y aprieto los puños hasta que se abran las palmas de las manos, para escribir con sangre en el libro de mi vida que este 5 no puede olvidarse.

viernes, abril 04, 2008

Sin sentido

Jugamos al escondite con nuestros pensamientos dejando al descubierto pequeños detalles que de forma inconexa construyen una imagen distorsionada de lo que en realidad son. Creamos artefactos hechos de palabras a los que dotamos de vida a golpe de profundos suspiros, y confiamos en que cuando remonten el vuelo, nadie descubra que son ficciones, que a veces son torpes reflejos de un alma que grita y a la que le pintamos con carmin una sonrisa a lo largo de su lamento. Nos divierte engañarnos confundiendo nuestra alegría con soledades malparidas rodeadas de rostros que al sentir la tristeza se "pierden como lágrimas en la lluvia". Y seguimos completando nuestros días con encargos cotidianos que nos apartan de ese palpito que suele recordarnos quienes eramos hace muchos ayeres, cuando nos proponíamos que todo quedase por delante, cuando la vida era un libro de páginas vacias que algún día comenzaríamos con un "erase una vez...", cuando el yo de dentro y su imagen externa aún podían mirarse a los ojos y reconocerse desde la mañana hasta el alba de un nuevo día.

La vida nos cambia, las excusas disimulan los borrones y mientras el timón suelto del bajel que porta nuestros sueños se mece a la deriva a merced de los golpes de mar de la rutina.

viernes, marzo 28, 2008

Su visita cotidiana

Y los párpados aún guardan su reflejo, manteniendome en perpetua vigila, en su continua presencia. Y sueño despierto con los centímentros que separan mi ansia de su cálido aliento, mientras recorro, una y otra vez, con el corazón en riesgo de desplome, todos y cada uno de los segundos que pasé con ella. Y la realidad se torna eterna, y la distancia abismo, cuando aún susurro su nombre.

Ahora que mis manos se muestran serenas, les pregunto por la caricia que esconden, por cada uno de los pliegues de su piel, por la sensación de su cuerpo estremecido al paso de mi deseo concentrado en la punta de mis dedos... Y mis manos responden con frio, sugiriendome que la única llama que avivaría su tacto está "tan lejos y a la vez tan cerca", como provocando desafiar la ley que ambos nos propusimos respetar, la única que confiamos necesaria: el deseo del otro...

Hoy no puede ser, pero hay mañanas, y siempre está, desde entonces, a mi lado y dentro de mi.

martes, marzo 25, 2008

Retales

Caminar por la fina linea divisoria que separa las pasiones, tropezando en los latidos que te lanzan a escasos centimetros de sus labios y de la tentación carnal que sugieren las musas que la dibujan en tu deseo. Levantarte con las ganas cansadas, buscando la inspiración en la columna del debe, en la promesa de que mañana será mucho mejor, mientras las agujas de la conciencia recorren con punzadas el derrotado sentido común. Mientras, cada día, sus palabras rebasan el significado que encierran y compran boletos a ese lugar en el corazón donde todo queda, donde todo quema.

El peligro latente de dos almas que se reconocen tras varias vidas intermedias, que se encuentran en el último lugar que soñaron, y que viven los instantes bajo la permanente amenaza, para nuestra ordenada existencia, de un abrazo ; saboreando la insoportable transcendencia de un solo roce; colocandole las riendas y bocado a nuestras miradas para contener la busqueda de lo que anida tras las pupilas; en definitiva jugando estar demasiado cerca pero no del todo, sintiendo como trona el corazón; como se incendian las yemas de los dedos; como se apaga la realidad más allá de nuestros cuerpos; abriendo los puntos suspensivos entre los que viven los amantes...

viernes, marzo 21, 2008

Voces de ayer IV: Onanismo mental


La suma de los muchos minutos que desgranan nuestra existencia, nos hace que a veces nos pase desapercibido el instante que más vale, el segundo perpetuo de calidad, el momento retratado en el altar de nuestros recuerdos, aquel que iluminará nuestros ojos, cuando fugaz y despistado cruce nuestra vigilia.

Uno de esos fragmentos es el punto y seguido que antecede al primer beso, porque hay que aclarar que siempre, cada labio que acaricias guarda ese desliz de memoria para otorgar ese privilegio a la nueva boca que recibe. ..Las palabras caen suavemente en el alma, y esa voz, que tanto has oido ya no suena como ayer, y pasa, sin quererlo, a susurrar a nuestro espirítu la orden de desarmar el lenguaje hablado, de sentir la cadencia, de unir los espacios con suspiros. El corazón comienza un trote pesado, que enciende nuestras mejillas e ilumina la mirada con un velo de diamante líquido que sirve de prisma para obviar todo menos sus pupilas. De repente, hace una eternidad que nada a nuestro alrededor parece existir, solo hay un espacio compartido por las únicas personas que pueden encajar en él, que realmente logran completarlo hasta rebosarlo. El silencio pide permiso para quedarse y se acomoda sutilmente entre los cuerpos dándonos la espalda, cuidandose con el gesto de no interrumpir el momento ni violentar la escena. La razón o bien se fue de paseo o es amordazada por las ganas que en genérico aparecen y gritan cada vez con más fuerza. Quietud...Tormenta de latidos,torrente de sensaciones.La punzante sensación de que desde ese momento las cosas pasaran a ser simplemente distintas, y el sordo tronar del deseo que amortigua cualquier atisbo de arrepentemiento.

Lo que sigue es, en resumidas cuentas, lo que todos sabemos y nadie descifra...

jueves, marzo 20, 2008

Voces de ayer III: Distancia

A veces la distancia separa, pero no de esa forma que se puede medir con regla o con minutos, separa los espíritus. Les hace descreer, perder la fe en lo que no ven, en lo que no abrazan, en el que no consuela con sus caricias, o te acompaña con la mirada cada mañana desde el otro lado de la cama. Te hace renegar del turbio dios de la amistad, del frágil vinculo del amor, y te invita a confiar tu alma herida a las terrenales sensaciones del desespero, la razón y la soledad.
La distancia envenena, si, pero no con arsénico, láudano o morfina, emponzoña el alma con mentiras a medias, con verdades de saldo, con sentimientos de culpa, con agónico silencio, llevando la razón del sentimiento, si es que existe alguna, a ese segundo plano que se encuentra a la sombra del dolor.
La distancia olvida, pero no como el nombre de aquel payaso de circo que tanta gracia nos hizo cuando niños y que hoy no conseguimos recordar. Condena al exilio perpetuo de los recuerdos proscritos; entierra, bajo paletadas de pedazos de presente, los sueños que aún nos miran preguntandonos "¿por qué?". Olvida que el olvido es el infierno de los que aman, olvida que olvidé un día decirte que te quería, olvida la distancia que todavía....

miércoles, marzo 19, 2008

Un instante

"Mi táctica es ser franco
y saber que sos franca
y que no nos vendamos
simulacros
para que entre los dos
no haya telón
ni abismos."

(Mario Benedetti)

Recurrimos a la pantomima y a la representación de nuestros miedos, anhelos y verguenzas (según se tercie) para dibujar, en la mente del otro, figuras de humo con nombre propio y nº de DNI. Echamos a volar "pajaros de barro" y en la cima de nuestra montaña nos proclamamos reyes del segundo que nos deja; bregadores de espiritu combativo; aguerridos recortadores de los pitones de nuestra realidad...PERO a veces hay instantes, en los que ese yo que se esconde tras la mirada, escapa de los confines de nuestras defensas, y en silencio, se desliza para acariciar con suave gesto los labios que abrieron brecha en las paredes de nuestra recia fachada. Estos momentos escapan del tiempo, transcienden a la medición, y perduran en nuestra alma como muescas en las que brota siempre la flor más bella.

Voces de ayer II: Lo peor del amor

"Lo peor del amor cuando termina, son las habitaciones ventiladas...."reza el soneto que desgarra la frágil estabilidad emocional en la que descansa el hoy, en una inopia auto impuesta para poder salir adelante, apoyandose en los brillantes bastones de proclamas bien sonantes en pro de una libertad que no desea en el fondo pero que es lo que, por ahora, toca vivir.
Lo peor del amor, es sin duda el cartel de "no hay billetes", que cuelga de algún que otro corazón en invierno perpetuo. Esa contrariedad que nunca nos sorprende, la que solamente se limita a confirmar nuestros pálpitos, la que no se combate, la que aplasta con silencio la ilusión temprana. Aquellas formulas gastadas que tantas veces caen de nuestros labios en un vano ejercicio de autoconvicción, como si con ello nos acercáramos un poco más al crisol de nuestros anhelos. Los lugares que parecen meter la pata, dejando caer el nombre del que no los visita esta vez, los reflejos impresos en cada espejo de la casa con tufillo a ilusión de feria, los huecos con humedades, las camas a medio usar, los propósitos de enmienda seguidos de interminables listas de lo que nunca se va a llevar a cabo, ese cuadro que nunca me gustó.
Lo peor del amor es cuando no está, cuando los románticos de novela rosa dicen que juega al escondite con las esquinas de nuestra soledad, en una metafórica forma de enmascarar el desespero ante lo que no se fuerza, lo que simplemente falta y punto. Todas esas parejas que se forman, que vuelven, que se encuentran a nuestro alrededor en el imaginario de amigos sin tacto que se empeñan en darle uso a su poblado anecdotario, refrescandonos el efecto relajante de la tonalidad rosa en nuestra gris visión de las cosas.
Todas esas sábanas revueltas con mil cuerpos diferentes en compañía de un rostro dibujado en el anverso de nuestros parpados cerrados. El nuevo precedente a no respetar ante el tribunal del desamor, los adioses murmurados, los nuevos vicios adoptados, los consejos, rezados y olvidados. El clavo equivocado que no saca ningún clavo, el "ojala" no incluido en la letra de ninguna canción, la lucha con manos atadas a la espalda, los ojos que no ven más que ayeres con tintes sepia. Las cartas sin remite, aquellas con encabezamiento y fondo en blanco, las que no llegan, las que se escriben en sueños, las cartas sin respuesta.
Lo complejo del amor, es ordenar lo que nos queda, el encajar los "ya te lo dije"con el estoicismo del condenado. Levantarte al día siguiente y buscarle un sentido a un mundo que no se preocupa de los que lo pisan, pero antes escarbar hondo en las ganas para dar el primer paso que te saque de la cama.
Lo más triste del amor, es cuando escapa, cuando no fue, cuando es leyenda, cuando se perdió, cuando nunca existió.

lunes, marzo 10, 2008

Palabras con filo

Hay palabras que a veces se ven desboradadas por el contenido que encierran. Ninguna de las letras que las recorren son conscientes de que reunidas y vertidas en los labios de determinadas personas, se convierten en punzantes esquirlas que traspasan la razón para alojarse en la capa más honda del corazón. Ese género de palabras no se escuchan, se sienten; cuando escritas se sublevan al confín del espacio en blanco, declarandose en rebeldía y extrayendo, del subconsciente de aquellos que las leen, la voz perdida en el rincón más intimo de nuestra alma, el susurro que las da vida en nuestros ojos, el calor que alumbra nuestra primera lágrima.

martes, enero 22, 2008

Reflexiones de otro

"La vida no sabe nada de nosotros y nosotros no sabemos nada de la vida; ni siquiera conocemos nuestros propios pensamientos. La mitad de las palabras que usamos no tienen nigún significado en absoluto y de la otra mitad, cada cual entiende cada palabra en función de su locura y su presunción. La fe es un mito y las convicciones cambian como la bruma en la costa; los pensamientos desaparecen; una vez pronunciadas las palabras mueren, y los recuerdos de ayer son tan problemáticos como la esperanza del mañana" Joseph Conrad

Quería empezar las entradas de este año con una reflexión de otro, de alguien al que la vida se le escapaba en cada aventura, y al que el saberse pisando la realidad le arrancaba un trozo de su alma. La vida que vivimos nos es ajena en numerosas ocasiones, es por ello que no debemos engañarnos en cuanto a lo que nos corresponde, y mucho menos en cuanto al lugar que ocupamos en el flujo de su corriente. Especular con los siguientes minutos o segundos es perderse de saborear lo único cierto y nuestra sutil existencia.