viernes, mayo 02, 2008

Espejos

Fijo la mirada en la gente y en ocasiones adivino lo que esconden tras los párpados, lo que alberga el deseo que anida en los rincones más oscuros de su ser; la respuesta que palpita tras sus intenciones. Mi mirada es como si se proyectase a través de ellos, traspasando sus barreras y dejando la verdad desnuda..."Son gente" pienso, y descarto automáticamente el universo de posibilidades que cada uno de ellos representan como seres humanos que son, y casi siempre, esta autoridad, o si se prefiere, este poder de cribar, discriminar, excluir entre quienes entran o salen de mi vida, se basa en un sutil detalle, las mas de las veces, intangible. Suena mal, y probablemente sea en realidad peor, sin embargo nunca, en mis treinta y tres años de existencia he sentido el más minimo pudor o remordimiento por esta selección discreccional, al contrario, miro hacia atrás con los ojos de mi alma, y no encuentro un espiritu que sobre o que no encaje entre los renglones de mi historia. Eso me hace sentir bien, y refuerza la certeza de que las almas complementarias tienden a atraerse, a reencontrarse vida tras vida.

Dentro de "mi vida a través de sus nombres" hay espejos de mi alma, sujetos que me conocen sin saber siquiera mi segundo apellido, que pronuncian la palabra que mi boca no encuentra, o reproducen el gesto que mi dolor oculta. Son personas especiales que te hacen sentir que en otro momento fueron tú, que llevan cosida a los talones la sombra de tus pasos de ayer y que en el semblante de todas acciones, aciertas a descubrir las razones que tú esgrimirias, los silencios que casi siempre colacarías, los puntos suspensivos que abandonarías... Son pocos los ejemplos, y se caen los dedos de una mano al contarlos, pero esos reflejos de mi esencia son sin duda la mejor tabla de aprendizaje de uno mismo y la mayor herida abierta de mi existencia. Solo espero que sigan ahi cuando venga a visitarnos la hermana ausencia; cuando el viento helado de la soledad toque en el alfeizar de mi ventana y el otoño de la cotidaneidad oculte el sendero que me lleva a ellos, mientras tanto, a vosotros, a esos pocos, a ti, te avanzo lo que cada palpito de mi corazón reproduce cuando tu pasas por su puerta: gracias por encontrarnos

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