martes, mayo 20, 2008

Morfeo

Ayer tuve un sueño extraño, me despertaba, como cada día, apagaba el despertador me deslizaba de la cama lentamente para garantizar unos minutos de sueño a mi pareja, toda la ceremonia de la rutina de cada día se cumplía aunque a gran velocidad, como si lo pasaras en un video en "Fast forward", y así , acelerado, pasaba el resto del día: mi trabajo; las llamadas de clientes, de proveedores; de los jefes; el almuerzo de trabajo; todo pasaba por delante mia en un instante, bueno todo menos sus buenos días; el revuelo de las mariposas en la jaula de mi vientre; los tres minutos de canción de no se quién y que hicieron brotar media lágrima de mis cansados ojos; el primer sorbo de vino que despertó todos los rincones de mi paladar; la contemplación de ese cuadro, que desde hace años no hace más que recordarme a mi infancia; ese minuto que le robé a mi agenda para mirar como por encima de las copas de los árboles, el mar dibujaba una linea perfecta cerca del infinito y a medio camino de mi destino;...

Esos momentos se entrecruzaban con un sinfin de imágenes desenfrenadas que mantenían un escrupuloso orden a la hora de conformar mi dia, caían suavemente en mi subconsciente, como una lluvia de plumas, meciendo mi alma como las aguas de un lago a la barca que se deja llevar por los elementos que se reunen a descansar en el crepúsculo de un día de verano. Así volvía a repetirse el proceso, aunque en esta segunda vez, me abandoné hasta la llegada de "mis momentos", y cuando llegaban concentraba todas mis fuerzas en que el sueño me diese medio segundo más, para poder saborear los matices con mayor intensidad, para zambullirme en sus secretos; para grabar sus sensaciones en mi espíritu. No lo conseguí, pero los momentos seguían apareciendo entre el frenesí de horas convertidas en segundos, como un oasis en medio del desierto.

Nada era extraordinario en si mismo, eran fragmentos que perfectamente reconocía, que formaban parte de mi realidad cotidiana, lo único que, en el sueño, se habían invertido los papeles lo accesorio se había convertido en principal y viceversa. Lo "peor" de todo ello, es que estaba disfrutando del viaje alternativo por mis "hoy".

Y así sonó el despertador y era mañana, y me deslicé de la cama lentamente; fui al baño y al alzar la vista estaba yo, una sonrisa y las ganas de volver a pasar por aquel cuadro....


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