viernes, abril 19, 2013

Déjame...

Dejame asomarme al balcón de tu mirada, déjame perderme en el reflejo de campo y de espiga, en los matices de un mar de estrellas que eclipsa la tierra. Déjame adivinar de nuevo, regálame otro parpadeo que abanique la arena que hace brotar tus lágrimas y las funde en preciosos diamantes con la esencia pura de tu alma transparente. No, permíteme esconderme en el rincón más oscuro de tus pupilas, para soñar en tu cielo y perderme en su azul infinito sin que nadie me moleste una vida o dos. Nuevamente me confundo, será el columpio de tus pestañas que dejan entrever la pena que disfrazas con sonrisas, lo hondo de un sentimiento que no cabe en las palabras y tiñen de malva los ecos de un pasado de fuego y forja. No, detén tus palabras congela el momento regálame otro instante solo para adivinar el color de tu mirada que son tantas que todo lo abarcan...