martes, julio 09, 2013

De oportunidades

Caminando por las calles secundarias de la vida, en una de las miles de esquinas que llevan a otro océano de adoquines, de súbito apareciste tu. Nuestras miradas no se reconocieron en una primera instancia, tan acostumbrado como estoy de enterrar mi mirada en el lodazal emocional no acierto a aclarar la visión ante la luz cuando esta se presenta, lo que me llevó a pensar, quizás por el ardor en las adocenadas pupilas, que era mejor deshacer los últimos tres pasos y escoger otra esquina menos concurrida, pero tras hacerlo escuché en tu voz un "no te hagas eso", o al menos a eso pareció sonar. Mis pasos decidieron una huelga express a lo que le siguió un fenómeno extraordinario por lo inusual no por otra cosa: un latido se cayó de mi anquilosado corazón. Para ser correctos no sonó a latido, si no más bien a crujido, pero eso quise sentir en ese instante, el latir de un sentimiento cuando todo parecía perdido. No obstante mi profunda tristeza me abofeteó cuatro veces con la clara intención de devolverme a la cordura que te permite ver el mundo como es: gris y plano, pero el ardor de las mejillas no hizo otra cosa que avivar el fuego de mi rebeldía y pinté con lápices de colores mis palabras, componiendo un mural con aroma de promesa de un mañana y firmando con un beso encerrado en mis labios con solo tu nombre.Así decidí solo soñarte, racionar los momentos, esperar tu gesto, saborear la hiel de tu ausencia, esperar mi oportunidad...