Y los párpados aún guardan su reflejo, manteniendome en perpetua vigila, en su continua presencia. Y sueño despierto con los centímentros que separan mi ansia de su cálido aliento, mientras recorro, una y otra vez, con el corazón en riesgo de desplome, todos y cada uno de los segundos que pasé con ella. Y la realidad se torna eterna, y la distancia abismo, cuando aún susurro su nombre.
Ahora que mis manos se muestran serenas, les pregunto por la caricia que esconden, por cada uno de los pliegues de su piel, por la sensación de su cuerpo estremecido al paso de mi deseo concentrado en la punta de mis dedos... Y mis manos responden con frio, sugiriendome que la única llama que avivaría su tacto está "tan lejos y a la vez tan cerca", como provocando desafiar la ley que ambos nos propusimos respetar, la única que confiamos necesaria: el deseo del otro...
Hoy no puede ser, pero hay mañanas, y siempre está, desde entonces, a mi lado y dentro de mi.
1 comentario:
Andaba yo por el mundo
Con fachada de vagabunda.. siempre soñando, tenía que inventarte
No tengo tierra y mar donde ir pero si me llevas hasta tu boca
En tu cuerpo iré a morir...
Retales de canción...
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