Jugamos al escondite con nuestros pensamientos dejando al descubierto pequeños detalles que de forma inconexa construyen una imagen distorsionada de lo que en realidad son. Creamos artefactos hechos de palabras a los que dotamos de vida a golpe de profundos suspiros, y confiamos en que cuando remonten el vuelo, nadie descubra que son ficciones, que a veces son torpes reflejos de un alma que grita y a la que le pintamos con carmin una sonrisa a lo largo de su lamento. Nos divierte engañarnos confundiendo nuestra alegría con soledades malparidas rodeadas de rostros que al sentir la tristeza se "pierden como lágrimas en la lluvia". Y seguimos completando nuestros días con encargos cotidianos que nos apartan de ese palpito que suele recordarnos quienes eramos hace muchos ayeres, cuando nos proponíamos que todo quedase por delante, cuando la vida era un libro de páginas vacias que algún día comenzaríamos con un "erase una vez...", cuando el yo de dentro y su imagen externa aún podían mirarse a los ojos y reconocerse desde la mañana hasta el alba de un nuevo día.
La vida nos cambia, las excusas disimulan los borrones y mientras el timón suelto del bajel que porta nuestros sueños se mece a la deriva a merced de los golpes de mar de la rutina.
1 comentario:
Cierto.
Pero si cierras los ojos un instante te darás cuenta que esto sólo es una página de ese libro que comenzaste con furia, lo seguiste de desesperación, continuaste con el amor, pasando por el ambiguo camino de la pasión y lo podrás concluir con la visión cariñosa de todo lo bonito que has vivido. Eres un ser muy especial! no cierres el libro en el capitulo II, que aun quedan muchas tramas que leer y muchas páginas en las que escribir.
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