miércoles, marzo 19, 2008

Voces de ayer II: Lo peor del amor

"Lo peor del amor cuando termina, son las habitaciones ventiladas...."reza el soneto que desgarra la frágil estabilidad emocional en la que descansa el hoy, en una inopia auto impuesta para poder salir adelante, apoyandose en los brillantes bastones de proclamas bien sonantes en pro de una libertad que no desea en el fondo pero que es lo que, por ahora, toca vivir.
Lo peor del amor, es sin duda el cartel de "no hay billetes", que cuelga de algún que otro corazón en invierno perpetuo. Esa contrariedad que nunca nos sorprende, la que solamente se limita a confirmar nuestros pálpitos, la que no se combate, la que aplasta con silencio la ilusión temprana. Aquellas formulas gastadas que tantas veces caen de nuestros labios en un vano ejercicio de autoconvicción, como si con ello nos acercáramos un poco más al crisol de nuestros anhelos. Los lugares que parecen meter la pata, dejando caer el nombre del que no los visita esta vez, los reflejos impresos en cada espejo de la casa con tufillo a ilusión de feria, los huecos con humedades, las camas a medio usar, los propósitos de enmienda seguidos de interminables listas de lo que nunca se va a llevar a cabo, ese cuadro que nunca me gustó.
Lo peor del amor es cuando no está, cuando los románticos de novela rosa dicen que juega al escondite con las esquinas de nuestra soledad, en una metafórica forma de enmascarar el desespero ante lo que no se fuerza, lo que simplemente falta y punto. Todas esas parejas que se forman, que vuelven, que se encuentran a nuestro alrededor en el imaginario de amigos sin tacto que se empeñan en darle uso a su poblado anecdotario, refrescandonos el efecto relajante de la tonalidad rosa en nuestra gris visión de las cosas.
Todas esas sábanas revueltas con mil cuerpos diferentes en compañía de un rostro dibujado en el anverso de nuestros parpados cerrados. El nuevo precedente a no respetar ante el tribunal del desamor, los adioses murmurados, los nuevos vicios adoptados, los consejos, rezados y olvidados. El clavo equivocado que no saca ningún clavo, el "ojala" no incluido en la letra de ninguna canción, la lucha con manos atadas a la espalda, los ojos que no ven más que ayeres con tintes sepia. Las cartas sin remite, aquellas con encabezamiento y fondo en blanco, las que no llegan, las que se escriben en sueños, las cartas sin respuesta.
Lo complejo del amor, es ordenar lo que nos queda, el encajar los "ya te lo dije"con el estoicismo del condenado. Levantarte al día siguiente y buscarle un sentido a un mundo que no se preocupa de los que lo pisan, pero antes escarbar hondo en las ganas para dar el primer paso que te saque de la cama.
Lo más triste del amor, es cuando escapa, cuando no fue, cuando es leyenda, cuando se perdió, cuando nunca existió.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pasa, entra
y siente que hay quien duda como tú
pero se abraza a lo que tiene
y se levanta con la fuerza que le queda.
Pasa, entra
y siente que hay quien duda como tú
pero no tiene más canción
que la que sabe y la cantó
y si no la sabe tararea....