jueves, diciembre 31, 2009

Los años vividos

Completadas las 365 etapas, este es el momento de tomar aliento y de soslayo, echar la vista atrás del camino recorrido. Como todos los 34 anteriores el mundo giró tan deprisa que me perdí en alguna salida, mis ausencias ocuparon el lugar en los nostálgicos convites a los que fui llamado, y mis palabras volvieron a enredar, un poco más si cabe, la atormentada impostura que me sigue desde hace tiempo.

Este año se escribe con dos nombres y tres rupturas que como torrentes sin cauce convergieron en la brecha que cruza mi corazón, el retrato del silencio en mis incognitas y la condena que elegí llamada soledad, son el balance de lo que el amor deja en mi cuando pasa.

Aún estoy de pie, y las ilusiones con raices presentes sueñan con acariciar el cielo aprendiendo en cada rato, descansando en cada abrazo. Ahi te espero, en el camino, andando sin cuidar las huellas que dejo tras de mi, con la intención de recorrerlas algún día en compañía de los que aprecio, amo y aún cuentan conmigo hasta diez, y brindando por los fantasmas que se quedaron porque así estaba escrito o porque persiuiendo un sueño yo simplemente fui un transeunte de su ayer.

Os quiero y os deseo suertecita, solo recordaros que mañana empezaremos escribiendo un dos seguido de un cero y un uno como comienzo de la serie que parece volver atrás

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