lunes, junio 12, 2006

Punto de quiebra

Se sentó en el borde de la cama, poco antes de que el despertador cumpliera con su cotidiana tarea a las 06:25am. Manipuló las manecillas y sin prestar mucha atención lo dejó encima de su mesilla de noche. Un largo suspiro rompió el silencio en la habitación, y con pereza y de soslayo se volvió a contemplar lo poco que asomaba de su marido envuelto en sabanas. Volvió a sorprenderse con un suspiro y antes de poder saborear su agridulce gusto la realidad comenzó a golpear los goznes de su conciencia: la niña, el informe de transacciones con aquel proveedor inglés, mañana es día de cobro, Jaime estará aún confuso con su despido, 40.000$ por menos de cinco dias de trabajo, presentación en francés y mi nivel no pasa de elemental.....Silencio demasiado concurrido, frotarse la nariz y los ojos con fuerza siempre le sirvieron para ahuyentar a los fantasma cuando era niña, supone que ahora, servirá para acallar los ecos de un monstruoso hoy que se resiste a respetarla, aunque sea unos minutos. El resultado no vale, recordatorio: los aprendizajes muchas veces se quedan en el tiempo, como los remiendos a la grieta de una presa, como chicles para colgar cuadros. Un gruñido de su pareja le impide terminar la lista dentro del memorandum, e instintivamente contesta con suave chasquido de la lengua y una caricia que no acaba de encontrar su objetivo. lo cual le extraña aunque vagamente, esto es solo una señal más. Desde hace tiempo ya no consigue encontrar esa razón que todo cubría, la respuesta encerrada en un nombre, el palpito inerte. Hace unos meses asustada se enfrentaba con fiereza a este desencuentro con mil razones lógicas, históricamente refrendadas y sensatas, hoy una parte de su yo esgrime replicas y contrareplicas a cualquier elemento que se encuentre en el listado del "haber". Vuelve a suspirar y sin pensar comienza a mirarse los pies desnudos y mientras los estira recuerda la promesa que una vez les hizo de saborear todos y cada uno de los pasos del camino, perdió la cuenta hace ya más de quince años aunque se sonrie al recordarse en aquella playa del norte, donde aunque caían cántaros de lluvia, ella decidió desnudarse y presentarle al mar todos y cada uno de los rincones de su cuerpo. De regreso el mar, como amante satisfecho, había respetado sus huellas y ella quiso pensar que ahi quedarían para siempre... Las 7:20am, se quita el reloj y lo tira a los pies de la cama. Hoy el tráfico esta espcialmente complicado, además a eso de las 11 tiene reunión en la otra punta de la ciudad...La conciencia se agudiza y se clava como un alfiler, aunque ella siempre tuvo mucha resistencia al dolor, a los 8 años se cayó junto a su hermano de lo alto de un columpio, él se raspó las rodillas y la cara, ella se rompió un brazo y hasta que no atendieron a su hermano, le sonreía para calmarle. Cuando enterró a su madre nadie vio una lágrima en sus ojos, como siempre en su lugar, inquebrantable. No pasa una tarde sin que se desplome en su despacho, al final de la jornada, pidiendole perdón a una mujer a la que amaba profundamente y solo le dedicó reproches. Ya van cinco años.

De vuelta los pies, decide levantarlos suavemente del suelo y se concentra en sentir la nada bajo sus plantas, cierra los ojos y siente, más allá de los achaques, más allá de la vida que no sabe en que momento eligió y de la que tiene la certeza de que caducó, de los prejuicios, de los lastres, se reconoce sin ambajes que esta rota, que odia, que se olvidó de lo que significa amar, que el tiempo ha pasado y ella lo ha despilfarrado, que no sabe tanto como aparenta, que hay mucho que no quisiera haber aprendido. Que en 21 gramos caben muchas vidas y solo se le da voz a una.... 9:05am "Hoy no voy a trabajar, perdoname..."

1 comentario:

Ana dijo...

Me encantó, hacia tiempo que no entraba, desde que te deje el comentario de que a mi tambien me gusta Damien Rice. Me sentí identificada con algunas cosas... y con otras por suerte no. Al menos si uno anda lúcido no lo agarra desprevenido el desamor, el paso del tiempo, la agonía de los ideales, y algo se puede ir rescatando del naufragio