"La vida no sabe nada de nosotros y nosotros no sabemos nada de la vida; ni siquiera conocemos nuestros propios pensamientos. La mitad de las palabras que usamos no tienen nigún significado en absoluto y de la otra mitad, cada cual entiende cada palabra en función de su locura y su presunción. La fe es un mito y las convicciones cambian como la bruma en la costa; los pensamientos desaparecen; una vez pronunciadas las palabras mueren, y los recuerdos de ayer son tan problemáticos como la esperanza del mañana" Joseph Conrad
Quería empezar las entradas de este año con una reflexión de otro, de alguien al que la vida se le escapaba en cada aventura, y al que el saberse pisando la realidad le arrancaba un trozo de su alma. La vida que vivimos nos es ajena en numerosas ocasiones, es por ello que no debemos engañarnos en cuanto a lo que nos corresponde, y mucho menos en cuanto al lugar que ocupamos en el flujo de su corriente. Especular con los siguientes minutos o segundos es perderse de saborear lo único cierto y nuestra sutil existencia.